10 puntos importantes para dar más seguridad a nuestros hijos (y coger los padres)

A veces puede ocurrir que algunos padres con la manía de no hacer «sufrir» a sus hijos o con el miedo de no ser considerados unos «buenos padres» tengan una actitud demasiado complaciente e incluso sumisa de sus hijos.

Padres que, de alguna manera, sobreprotegen a sus hijos, otros que pasan de sobreproteger a hablar y tratar mal… otras que directamente tratan con demasiada dureza, en definitiva con toda la voluntad de hacerlo bien no acaban de ser la guía que querían por sus hijos y tienen una sensación constante de frustración y de no «llegar» a la expectativa que tenían como padres.

Lo que puede estar ocurriendo es que muchas veces, o bien repetimos patrones familiares o bien no queremos reproducirlos y nos vamos al otro extremo o simplemente con este «esfuerzo forzado» no acabamos de «confiar» y actuar con más «naturalidad». En otros casos poner conciencia en el tipo de hijo que queremos tener y en el tipo de padre que queremos ser puede servir para poner la base a una relación sana, nutritiva y de crecimiento mutuo.


La cuestión es encontrar nuestro equilibrio y sentirnos en coherencia.

Cada familia es un mundo, cada hijo es una persona diferente a otra, cada progenitor tiene sus propias creencias sobre lo que significa ser padre o madre.

Ahora bien debemos tener presente que una persona necesita pocas cosas para convertirse en un ser autónomo:

– Una buena educación: Con esto hablamos de cosas muy básicas como llegar a los lugares y los buenos días, gracias o adiós, así como tener un comportamiento social correcto. Y aunque parece básico esto a veces no pasa, se lo aseguro.
Enseñarle a hablaros con respeto, pedir las cosas con educación, sin exigencias. La manera es muy simple, si no se piden bien las cosas no se obtienen! Cuando se piden bien sí.
– Límites claros y control de la situación: Los Limted nos darán la pauta tanto a NOSOTROS, los padres, como a nuestros hijos para saber sin lugar a dudas lo que sí y lo que no está permitido. Si en casa los insultos y las faltas de respeto no se toleran, pues cada vez que haya uno, debe haber una consecuencia. No puede ser de «hacernos el sueco». Porque sino estas conductas van a más y con quince años tenemos hombres y mujeres que «maltratan» a sus padres. ¿Por qué? Pues porque los adultos que debían ser su guía no asumieron esta parte de la responsabilidad de ser padres desde el primer minuto.
Está claro que los «sermones» estarán bien cuando toquen, en una comida distendido, yendo con el coche, hablando de la vida y los valores. Pero cuando hay una conducta «no deseada» o inadmisible para nosotros ellos lo deben saber en el acto y hay que ser firme. Aquí padres se debe vigilar en «justificar» siempre la conducta de nuestros hijos y actuar!
Lo que no puede pasar es que tenga el «control de la situación» un niño de cuatro años, y pasa! Si deja que sus hijos lo decidan todo, los está poniendo una presión encima que no son capaces de gestionar y los estamos confundiendo en el rol que les toca a ellos ya vosotros. Haga de padres no de amigos.
– Responsabilidad: Esta palabra es diferente que «culpabilidad». Debemos hacer reflexionar a nuestros hijos sobre qué han hecho mal y la manera de «reparar», solucionar, «arreglar», etc … lo que han hecho. Si les decimos «tú tienes la culpa», no pueden hacer nada, ah sí, pedir perdón y ya está … En cambio cuando enseñamos a nuestros hijos a ser responsables pueden «coger» su parte de responsabilidad en la situación que sea así no instalarse en papeles de «víctima perpetua» o «verdugo fatale».


Siempre es mejor decir: «Has hecho una maldad y describir la acción» que decir «Eres malo» o «Eres bueno».

En un sentido u otro le costará situarse y creerá que como él es bueno o es malo no puede hacer nada. Si es bueno los otros siempre serán los causantes de su infelicidad y si siempre es malo pues no es necesario que haga nada tampoco, conseguirá las cosas siéndolo y suficiente, sin ninguna alternativa u opción de hacer diferente. No nos equivocamos … no hay buenos o malos, hay situaciones y posturas que adoptamos en cada situación, pero podemos escogerlo! Muéstrele! Saber disculparse sentidamente también es un reto.
– No poner etiquetas: Algo que hacen muchos padres es poner etiquetas a sus hijos y … .a los de los demás. Esto no aporta nada de provecho ni para unos ni para otros. Seguro que alguna vez habréis oído: Mi hijo es muy «bueno», este niño «es malo». Cuenta con el lenguaje que utilizamos, debemos describir conductas, no estados !!! Ni nuestros hijos son unos santos ni los de los otros tan malos. Aquí tendría cabida el hacer reflexionar a su hijo, sobre su papel dentro de los conflictos y qué puede hacer para mejorarlo en una dirección u otra. Y sobre todo no lo critiques, dile lo que esperas de él!
– No ser asistentes de nuestros hijos: Los estamos confundiendo una vez más. Los padres y más adelante otras personas no son sus asistentes. No se les debe complacer constantemente. Hacerse los allí todo, que no les falte de nada. Así crecerá pensando que el mundo les debe algo y fomentaremos su «tiranía» y su «narcissisme». Según la edad se pueden ir introduciendo tareas a su repertorio diario. Desde hábitos diarios, vestirse, peinarse, ducharse …., Como «trabajos» más comunes de la casa. Cuidar de la mascota, limpiarla … que no crezca pensando que todo se hace solo, como por arte de magia. Deben tener claro que eres un equipo, que necesita trabajo como tal!
Si le enseñamos a ser «responsable» y «autónomo» con estos hábitos y tareas cotidianas también lo será en otros a medida que vaya creciendo. No les tengáis pena !!! Son muy capaces !!! Que lo noten!
– Validar sus emociones, escucharlos: Aquí valdría el hecho de que pueda estar enfadado o triste pero no por ello conteste mal o tenga un actitud beligerante y despótica. Por tanto decirlo los allí: «Entiendo que puedas estar enfadado, de todos modos no voy a permitir que me hables así, te pediría que me lo dijeras de otra manera».
La inteligencia emocional de los niños tiene mucho que ver con la de sus progenitores. Si estos no se lo han trabajado o lo han desarrollado les será difícil ayudar a sus hijos a ser inteligentes y diestros en este ámbito.
– Educación en positivo: Decir los allí lo que esperamos de ellos, lo que sí pueden hacer: en vez de pasar el día diciendo «no hagas esto, ni aquello, ni lo otro … .dir lo que sí pueden hacer y que pueden hacer bien las cosas. Los tenemos que enseñar la forma. Evitando las palabras peyorativas y los insultos. Si como padres insultamos a nuestros hijos puede que ellos aprendan a insultarnos ya faltarnos el respeto.
Tampoco hay que llamar. Cuando estemos enfadados, basta decir «Me estoy enfadando» con una voz grave y actuar con coherencia. Si ha hecho algo que no nos gusta, aplicar la consecuencia educativa que creamos oportuna. Y sobre todo sin comparaciones, cada uno de nosotros somos únicos, especiales e irrepetibles. Si nos comparan constantemente con otras personas nuestra autoestima se ve construida en comparación con los otros sin saber bien quiénes somos o qué puntos fuertes y débiles tenemos o debemos mejorar.
– Pasar a la acción, no más amenazas, coherencia: La coletilla de «Si no haces esto… té castigaré» Si no haces lo otro no iremos al cine «. Basta !!! Si quiere puede dar tres oportunidades a su hijo, pero a la de tres se queda sin ir al cine o sin la salida en bicicleta que quería hacer … o lo sacamos del súper o de la tienda para que nos está haciendo una marranda porque no le compramos una «chuche». Pero pasar a la acción. Coherencia, actitud positiva y pasar a la acción !!!
– Frustración: Hay que aprender en casa, es como la educación en valores y la eduación del saber estar y comportarse. Todo esto se llevará a la mochila cuando salen de casa, deben saber qué es y haberlo experimentado de la mano de los que más les quieren. «Si algo no puede ser … tranquilos … esto es supera..el que no se supera tanto fácilmente es el abandono afectivo o el hecho de tener una educación que» confunde y engaña «! Todo no vale !!!
– Amor incondicional y firmeza: El amor ni se compra ni se vende. Ni se cambia por nada. El amor no es un paquete de cromos, intercambiable. El amor es confianza, el amor es dar y recibir, el amor es respeto. El amor simplemente es. Ni la amaremos más si se lleva bien, ni el dejaremos de estimar si no hace algo que queremos nosotros.
Cuántas abuelas y padres han podido: «Si no me besas eres fea / fea o no te querré, o que no me quieres que no me besas? … .No tiene nada que ver, es que nosotros siempre tenemos ganas de besar? No, ¿verdad? Pues ellos tampoco! Respecto-me!


En cuanto eres firme con tu hijo cuando se está llevando de una manera indeseable también la estás amando y respetando. Le estás dando una guía, un camino por donde transitar y la estás preparando para transitar de manera serena, segura y con un sinfín de oportunidades.

 

Debe aprender que amar es respetar y que es algo recíproca!
Os deseo una buena entrada en el curso 2017/2018!
Confiad, respire, sienta y actúe!

10 puntos importantes para dar más seguridad a nuestros hijos (y coger los padres)

Elisabeth Rusiñol Mirapeix
Psicóloga Sanitaria Colegiada 19049
Tel. 636 367 921
eli.rusinol.psicologa@gmail.com